Durante un proceso de consultoría lo más habitual y normal es que el consultor proceda, aparte de escuchar detenidamente las necesidades o inquietudes provenientes de su interlocutor, el correcto asesoramiento profesional. Un buen consultor, aparte de saber escuchar, también debe saber acompañar a su cliente, no debe ser sólo una persona motivada por el momento solicitado, debe ser una persona que demuestre su involucración.

 

Por conocimiento y experiencia, el consultor, a medida que evoluciona la conversación ya se hace una idea de lo que debería ser una solución y empiezan a salir en el pensamiento las siglas BPM, ECM, ERP y tantas otras, pero realmente todo esto es muy generalista y no queda enfocado realmente en el que se ha captado, es decir, sabe de qué se habla, pero si lo que se quiere hacer es, por ejemplo, guardar un albarán confirmado y que a continuación se envíe por correo, entonces pensamos directamente con un BPM o ECM para gestionar el proceso, pero esto es como aquel que quiere un procesador de texto y al final acaba comprando una suite de productos que no harán nada concreto.

El consultor debe saber y entender que quiere realmente el cliente y pensar que sólo quiere optimizar, en este caso, un tema de gestión de albaranes. Realmente, ver de lo que quiere hablar y encontrar la una solución concreta, hablar sólo de siglas y definiciones es desviar el tema y es cierto que quizás una herramienta como un BPM serviría para optimizar otros procesos en un futuro, pero hablar con él desvía la atención y pide mucho esfuerzo por parte del cliente para que entienda que quiere expresar el consultor y sin quererlo se desvía la atención de la necesidad.

Desde RIC.DOC somos plenamente conscientes de la tecnología que hay en el mercado y no hablamos de vender productos, más bien de soluciones orientadas realmente a lo que necesita cada cliente.

Sabemos resolver problemas concretos, hablamos de resolver las inquietudes de nuestros clientes, de acuerdo con la captación de datos concretos. Es cierto que podemos implantar un ECM o un BPM, entre otros, pues es probablemente lo que al finalmente hay que aplicar, pero no hablamos de vender productos, más bien de soluciones orientadas realmente a lo que necesita cada cliente.